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2010
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El zorro en el mundo aymara Por Félix Layme Pairumani Introducción El zorro es un personaje central en diversos cuentos, especialmente en las fábulas de diferentes culturas del mundo. En lo concerniente a las fábulas aymaras el zorro siempre pierde cuando actúa de personaje central. ¿Cómo es en cuentos de los países occidentales? ¿Cual es la personalidad o característica del zorro? ¿Por qué, siempre, pierde el zorro en el mundo andino? Todas estas interrogantes trataremos de responder en el presente artículo, sin pretensión de agotar el tema, al contrario con el propósito de coadyuvar en su estudio. Como se recordará ningún hecho y actitud de los personajes de los cuentos aymaras y quechuas son casuales o improvisados, al contrario, reflejan una realidad y manera de pensar originales, por este hecho trataremos de reflejar la personalidad del zorro en el pensamiento andino. Enseñando aymara a un extranjero Era en la década de los ochenta. Llegó a mi oficina un extranjero pidiéndome que le enseñase a hablar la lengua aymara. Hace algún tiempo él había recibido de otro profesor la primera parte de la enseñanza de mencionado idioma, como tercera o cuarta lengua. Pero el profesor tuvo que abandonar su enseñanza debido a un viaje al extranjero. Eso me refirió, el nuevo estudiante, al pedirme mis servicios. El trabajo lo iniciamos la siguiente semana en un horario establecido de mutuo acuerdo. Como el estudiante ya tenía una buena base del aprendizaje de la lengua en cuestión, yo tuve que continuar con la segunda parte. En poco tiempo más el gringo podía entender relatos de cuentos en lengua aymara, los cuales se los leía pausadamente y esmerándome en la clara pronunciación para facilitarle la comprensión al estudiante. El zorro pierde y siempre pierde... Contaba cuentos en la lengua aymara. En un primer relato le conté "el viaje del Zorro al cielo". En el cuento el Zorro tras convencer al cóndor logró que lo cargue hasta el cielo a asistir a una gran fiesta anual. Allí, había, variedad de sabrosos manjares, ricos licores y lindas mujeres venidas de todas partes de las cercanas y lejanas estrellas. Continué con el relato: A eso del primer canto del gallo el Cóndor le pidió al Zorro retornar a la tierra, y el muy solapado no daba muestras de querer regresar y decía: ahorita, ahorita!. Después, nuevamente, insistía el gran ave -dice- para volver a la tierra, él no daba importancia a las palabras del Cóndor y lo mismo repetía: Ahorita, ahorita! El Cóndor ya estaba enfadado, pues el compromiso era obedecerle las órdenes en el cielo. Aún así él muy prudente y caritativo, le pidió una vez más para regresar a la tierra, el Zorro no mostraba la intención de regresar ni cumplir su compromiso, y de manera autómata repetía como las veces anteriores: Ahorita, ahorita!.... El Cóndor enfadado y al ver que ya amanecía decidió regresar solo. Al amanecer cuentan que todos los invitados se fueron. No había nadie, sólo el Zorro deambulaba protestando contra el Cóndor. Resignado empezó a buscar la manera de bajar del cielo a la tierra. Dice el cuento que el Zorro recogió una variedad fuerte de paja (ch'illiwa) y empezó a preparar una soga torciendo dicha paja luego, mojó una punta y arrojó del cielo hasta la tierra, luego sacó la soga torcida de paja para ver si había muestras de tierra, de ser así ya estaría lista para descender; pero no contenía nada de tierra, y volvía a torcer la paja para añadir lo que faltaba, hasta que logró completar la soga. Por fin, feliz -cuentan- el Zorro descendía del cielo colgado de la soga de paja, ya divisaba la tierra. En ese momento pasaron unos loros, al verlos pasar indiferentes ante él, el Zorro los insultó; ellos regresaron de inmediato y el Zorro tuvo que pedirles disculpas. Ya cuando se fueron, nuevamente, les lanzó otro insulto; los ofendidos regresaron presurosos para pedir cuentas; él volvía a pedirles disculpas, arguyendo que sólo era una broma sin malas intenciones. Los loros lo escucharon y se fueron, mientras el Zorro al ver que ya estaba muy cerca a la tierra, nuevamente les gritó un insulto más, éstos retornaron y sin escuchar las súplicas desesperadas del Zorro cortaron la cuerda de paja en la que él bajaba. La víctima, lanzó un grito desesperado, pidiendo a la gente que tendieran alfombras y frazadas para el dios padre que está viniendo del cielo; pero la gente comprendió al revés y tendieron piedras. Al caer el Zorro murió. El gringo, comprendió el cuento. Nuevamente conté otro cuento, donde el matrimonio del Zorro se frustró por los petardos lanzados por uno de los invitados, el gringo se puso triste. Otro cuento más, esta vez en una apuesta con el Cóndor nuestro personaje moría congelado en el Illimani, el gringo ya estaba enojado. Y le dije: -¿Uno más?- y me respondió cortante: -El zorro también va perder?- y le dije: -Sí-. Me contestó iracundo: -No puede ser! En mi país el zorro siempre gana por lo menos empata!-, le respondí: -En la cultura aymara el zorro nunca gana, ni siquiera logra empatar. ... ... ... Terminamos la clase algo contrariados, descubrimos nuestras diferencias y nos despedimos hasta la próxima clase. ¿Cuál es la personalidad del zorro? El nombre etimológico del zorro es qamaqi, significa astuto, el zorro, también, tiene varios nombres metafóricos; uno de ellos es: Lari. Quiere decir tío. Tiwula o tiyula. Que también significa tío. Pampa anu. Perro del campo o silvestre. Achalari. Proviene de jach'a lari , gran tío o tío grande. Laq'u. Tiene el significado de gusano, pero metafóricamente quiere decir animal. Kukuli. Proviene de cuco, fantasma. Antuñu es decir Antonio. Atuq Antuñu. Atuq es palabra quechua. Quiere decir zorro. ¿Qué simboliza el zorro en las culturas del hemisferio Norte? y ¿qué es en la cultura aymara? Lo primero que resalta de éste animal es su astucia, el zorro es astuto por excelencia, otros dicen archi-astuto, astuto hasta los tuétanos, etc. En los países nórdicos y en el resto de las naciones del Hemisferio Norte la astucia no es mala, es incluso una virtud, no está reñido con la moral ni afectan a las relaciones sociales. Mientras que en la cultura aymara la astucia no es virtud, la astucia es parte de la maldad; la astucia, el ser hipócrita, el incumplimiento no fueron considerados partes de la benignidad en un mundo comunitario, al contrario fueron rechazados y muy posiblemente eran castigados. El zorro en la vida social aymara En sociedades individuales la persona que sea astuta no está condenada. Mientras que dentro de una sociedad comunitaria no es posible aceptar que uno de sus miembros sea qamaqi y esté tramando, astutamente, ciertos beneficios individuales o comunales; pues de ser comunales deben ser, necesariamente, conocidos y con el consentimiento y aprobación de todos. Decirle qamaqi a una persona aymara es insultarlo, y ni siquiera es un insulto leve sino grave. La persona ofendida le responderá con otro o quizá hasta le salga a golpes. En otros tiempos la habría demandado ante las autoridades para ser juzgada por las leyes consuetudinarias, ya que, la dimensión del insulto es como decir ladrón a una persona en estos tiempos. Ahora las cosas han cambiado. Estamos frente a una sociedad escolarizada, cuya educación ajena, extraña, fragmentada y desordenada está cambiando la genuina personalidad andina por otra extraña. El resultado final de esa educación es la alienación cultural. En estos tiempos los qamaqis llegan a las comunidades de otras latitudes y de las propias comunidades. Unos ofrecen el desarrollo y el cielo; pero imponiendo su manera de pensar. Otros ofrecen la libertad y la bonanza, seguros y llevando sus carnets de todos los colores políticos como si se estuviese jugando cartas en un centro de perdición. Otros hablan de los problemas sociales con asombrosa facilidad en un lenguaje rebuscado al estilo altoperuano de los siglos pasados, ofreciendo solucionar los problemas andinos desde la óptica occidental y del industrialismo. Es urgente retomar los conceptos andinos para un desarrollo integral y armónico de acuerdo a la manera de ser andinos, porque en una situación de la diversidad cultural es mejor mantener la originalidad cultural y sobre todo la identidad cultural con respeto al otro. Ser genuinos con respeto a otros no atenta a la paz de la humanidad. Será necesario tomar conciencia de la importancia de la cultura materna, así como la de otras culturas. Los símbolos o las simbolizaciones no son iguales en la cultura aymara ni frente a otras culturas como el castellano, y esto es necesario contrastar para ubicarnos mejor, para no imponer ni dejarnos imponer con otras visiones, estas son relativas de cultura a cultura y es mejor ver con esta visión.
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